lunes, 19 de mayo de 2014

GALICIA


Un poema de amor que nace en la carne de la mujer amada y que encarna en la tierra que la vio nacer, tierra inveterada que me ha acogido con verdadero afecto: GALICIA. Que lo disfrutéis. 



GALICIA 



En carne de tu carne te soñaba...
Y vine a ti.
Como una azada que golpea tu seno
Para que manen leche y miel,
Tú me llamabas...
Y vine a ti.

Y antes de acariciar tu piel oceánica,   
De presentir siquiera el tacto duro
Del varonil Atlántico,
Antes de ver el verde de tus campos,
De percibir el pálpito              
De la Naturaleza que te colma,
De los acantilados escarpados 
Donde crecen el brezo y la retama...

Antes incluso, digo,
De conocer tu fruto más hermoso                   
Que es sangre de tu sangre,
Del mar y de la tierra,
Del sol y de la lluvia...
Yo me sentía unido                 
Como la luz al día
A la muy noble estirpe de tu gente.

Y te he buscado en tus frondosos bosques      
Donde vive la nutria y el halcón,
El lobo y la gineta,
El zorro y el azor,
Y el lagarto verde como tu faz
Bajo la lluvia irisada de luz...

Y te he soñado en tus piedras ungidas
De monasterios, templos y santuarios;
Y en las danzantes truchas de tus ríos;
Y en águilas, vencejos y gaviotas;
Y en cipreses, manzanos y castaños;
Y en hortensias frondosas
De valles melancólicos, risueños...   
               
Y aprecio tus cosechas,
Y alabo tus ganados.
Y me postro para tocar tu piel,
Para beber el agua de tus fuentes
Como el gato o la liebre,
El búho o el gorrión,
O el fiero jabalí
Desconfiado y céltico.
                       
Yo he posado una mirada infinita
En tus rías palpitantes de cósmicos latidos,
En tus parques naturales,
En tus célticos castros             
De existencia granítica y perenne.
Y he besado castamente tu suelo
Salpicado de menta y hierbabuena,
De tojos y eucaliptos,
De helechos y abedules,
De zarzas y romeros...

Yo, como un peregrino del medievo
Que trémulo de amor se acerca al cáliz,
He bebido la sangre más preciada                  
Del Grial de tu hermosura...

Y he renacido en ti:
Firme como una roca,
Cósmico como el lucero del alba,
Luminoso como el camino de Santiago,
Espléndido como la estrella mía,
Telúrico como mi amor por ella,
Perenne como tú,
Galicia.


Antonio Capilla, en VIENTO DEL SUR, Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2009

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