lunes, 17 de noviembre de 2014

YO SOY DUEÑO DEL SILENCIO



Hoy, leyendo el poemario que me ha enviado un poeta, amigo mío, han martilleado en mi memoria algunos poemas publicados por mí hace ya más de veintiún añosEl protagonista es THANATOS que, naturalmente, es el símbolo de una amarga realidad que
 el vate quiere combatir con su palabra.
 Este es el primero de ellos:


YO SOY DUEÑO DEL SILENCIO


Levantose un día Thanatos y así habló:

Soy la paz.
Yo soy dueño del silencio
y en la noche sin estrellas
soy la arena infecunda del desierto.
Soy la alondra que impasible en la vitrina
por la mano del hombre disecada
os contempla
y soy flor que arrancada de la rama
se marchita.
Soy el Todo y soy la Nada
y soy Dios.
Pues en todo permanezco,
yo soy Dios.

Y hubo muchos que dijeron conTahanatos:

Él es Dios, él es Dios.

Fulgió entonces el sol afilado del acero
y la sangre subió como una llama volcánica
ante la gélida indiferencia de Ceres.

Y cubriose la Tierra de cadáveres
y las bestias se espantaron
ante la crueldad de esos hombres.

Y habitaron las mansiones del placer
y rociaron sus cuerpos
con esencias de violetas y de nardos.

Y llenaron sus abdómenes
de licores y majares refinados.

Y erigieron grandes templos
con misílicos pilares levantados.

Y afirmaron con cinismo:

Somos nobles
pues servimos a Thanatos.

Creció y creció
el clamor quejumbroso de la plebe. 
Y asesinaron, torturaron...

Y otra vez inquilinos del placer
y del lujo a los balcones asomados
contemplaron la gran marea de sangre
que subía del asfalto.

Oh, Thanatos,
¿qué nos queda por hacer?
- preguntaron -

Quiero el templo de la Tierra,
de la Tierra quiero el templo consagrado.

Rociaron entonces sus cabezas
con el polvo de cuerpos calcinados, 
y entre gritos esperpénticos
y entre danzas de abyectos desalmados
arrojaron de los templos...
SUS MISÍLICOS REGALOS


Antonio Capilla, Y EL CORAZÓN AL VIENTO, Madrid, 1991


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