sábado, 25 de febrero de 2012

Fragmento del poema EN VERSO SÁFICO


EN VERSO SÁFICO

En verso sáfico a mi amada llamo,
En el poema que en mi carne escribo,
En la pasión que me consume cuando
Ella es conmigo.
El mar y el sol en ti parecen uno;
El esplendor de tu mirada, el alba.
Eres más grande que la luz del mundo…
Eres su causa.

Antonio Capilla, EL FUEGO EN LA PALABRA, Editorial Huerga y Fierro
EL FUEGO EN LA PALABRA, Editorial Huerga y Fierro, Madrid, 2012

viernes, 17 de febrero de 2012

TAL VEZ EN EL OCASO (EN LA VOZ DE BEATRIZ SALAS)


Tal vez en el ocaso
Te sientes junto al fuego...

Y pienso que, añorando
El tiempo que pasó,
Tu  ser enamorado
Transido de recuerdos
Las flores del amor
Traerás junto a su lar.

Son flores renacidas,
Primicias del hogar
Que juntos construimos cada día,

El pálpito del tiempo
Que amando transitamos,
Los actos renovados
De nuestra mutua entrega compartida.

Yo sé que en el ocaso
Azul continuará
De este mi amor el fuego
Mientras me quede aliento.
El mismo que me nace
Quemándome la carne
Y tú me das.
                                           Querida,
Cuando la nieve anuncie
El alba del final,
Y cuando el frío alcance
El sueño que soñamos,
Un hálito de fuego
Nacido de la entraña
Del tiempo que ahora es nuestro
nos seguirá abrigando.

De puertas y ventanas
Abierta la morada
La luz del nuevo día
Contemplaré tranquilo
Teniéndote a mi lado...

Y, dulces las mañanas
Del azulado invierno
Que en ti será benigno,
Sentado junto al fuego
Contemplaré pasar.


Antonio Capilla, VIENTO DEL SUR, Editorial Huerga y Fierro
Antonio Capilla, VIENTO DEL SURHuerga y Fierro Editores, Madrid, 2009

domingo, 12 de febrero de 2012

MI HOMENAJE A CARLOS MAMONDE

ANTE EL TRUENO

Mi miedo es el misterio
la palabra escondida
en la flor de tu cuello
porque transitas queda
el caracol del tiempo
con una voz sonriente
que es tu coraje izado
ante el trueno y la muerte
si bebiera tu alma a sorbos de agua pura
moriría mi miedo
de toda muerte a salvo
Carlos Mamonde

LA FLOR AZUL

Tiene de tu cuerpo
la gravedad el día
donde mi vida emate
por la sed de tu alma
donde el dolor decae, allí
tu paraíso
donde la palabra se abre, allí
tu música de miel humana
...por la sed de tu sombra
existo, me debato,
crispo
la flor azul
la lluvia clara
   Carlos Mamonde  

                               CARLOS MAMONDE 

viernes, 10 de febrero de 2012

LA BARCA SE HIZO A LA MAR



La barca se hizo a la mar
Con dos remos marineros;
El niño se fue a buscar
Su cielo y se hizo barquero.

Navega, navegarás...
Se le desveló el misterio
Y el mundo lo oyó exclamar:
“No quiero buscar más cielo:
¿Qué cielo es mejor que el mar?”

Y entonces creyó escuchar:
“En tu cielo, mi barquero,
Rema y sigue sin parar...
Tú ya sabes que te quiero
Donde el cielo se hace mar”. 

Antonio Capilla, VIENTO DEL SUR, Editorial Huerga y Fierro
Antonio Capilla, VIENTO DEL SUR, Editorial Huerga y Fierro, Madrid, 2009

PERCEPCIÓN


Quizás un golpe seco...
Y ahí queda sin vida.
Ha sido de repente...
¡Tan sin darse cuenta...!

Las palmeras marcaban con sus brazos
Una música etérea.
Los pájaros jugueteaban dando
¡Qué sé yo cuántas vueltas!
En el resplandor de la tarde ciega,
Tolvaneras enhiestas
Arrastrando objetos diversos juegan
A la rueda rueda.
Las acacias se ríen
Con sus dientecillos
De verdes hojuelas.
Y, tras el cristal, música de fiesta:
El Himno a la Alegría.

Se rompe la armonía...
Y ahí queda sin vida.
Sin vida... La campana
Inmóvil de la iglesia
Se quejó. El movimiento de palmeras
Declinó. Los papeles, que en la brisa
Del atardecer malva
Como cometas volaban, cayeron.
Las acacias lloraron
Lágrimas de esmeralda.
Los pájaros que jugaban volando
En las ramas más altas se posaron.
Y tras el ventanal
Una música bella
Que solo el ocaso emular pudiera
Continuó sonando...

Antonio Capilla, Y EL CORAZÓN AL VIENTO
Antonio Capilla Loma, Y el Corazón al Viento, I.S.B.N.: 84-404-9271-5, Madrid, 1991

sábado, 4 de febrero de 2012

MI HOMENAJE A MARISA PEÑA

Nada sabes de mí, 
y aún así me señalas, 
me conviertes en blanco de tu ira 
y embadurnas con odio mis silencios. 
Tú no sabes quién soy: 
me bebo mi condena 
a sorbos de coraje y pesadumbre. 
Me sumerjo en las penas cotidianas 
y no me duelen prendas. 
Y aunque me claven garras afiladas 
las águilas voraces 
que creen tener derecho sobre el cielo, 
mi vuelo es limpio y libre. 
Y aunque se me desborde el sentimiento 
y no contenga el cauce de mi río, 
no escondo el alma en tupidos ropajes. 
Ni juzgo, ni desprecio. 
Me conmueve la vida en su principio 
y me emociona el llanto, 
el sufrimiento ajeno, la belleza, 
y el latido secreto
de las pequeñas cosas. 
Sé disfrutar del viento y de la lluvia, 
en todo encuentro causa de grandeza, 
y por igual valoro 
el humilde guijarro, 
y el diamante que brilla en su esplendor. 

Marisa Peña

MARISA PEÑA