martes, 11 de noviembre de 2014

EL SON DE UN DIOS DE FUEGO Y MIEL





EL SON DE UN DIOS DE FUEGO Y MIEL

Emergen las canciones
Del fondo de mi alma
Con este son profundo
Que ha de elevarse a ti
Para decirte, amor,
De mi pasión la talla
Es talla de gigante
Ceñida a tu perfil.

Tan grande es tu figura,
Tan fuerte su latido
Que no me basta el mundo
Para cantar tu ser.
Y no me basta el cielo
Y atarme a tu destino
Que necesito el pulso
De un dios de fuego y miel.

Mujer, es tu silencio
Ausencia en tu presencia,
Y en mi vivir te siento
Tan necesaria que
Cuando te ausentas muerde
En mi interior la pena.


Tanta tristeza tengo
Cuando te siento ausente
Que hasta me enfado incluso
Por no poder hacer 
De tu silencio el canto
De un pajarillo alegre.

Por que no tengas pena
De tu latir al son
Del ruiseñor el canto
Yo quiero ser contigo.
Y así tenerte, amor,
Cuando tú estás ausente
Del pálpito al unísono 
Conmigo en tus latidos.


Antonio Capilla, EL FUEGO EN LA PALABRA, Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2012



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