EL SUEÑO DE SU VIDA
(cuento para los niños y niñas del CEIP JOSÉ JALÓN de Navalcarnero).
Hoy que es un día de ensueño
os voy a contar un cuento.
Érase porque se era
que se era un niño bueno.
La familia de este niño
tuvo que dejar su pueblo
al igual que otras familias
en pos de mejores tiempos.
Y el niño llegó a Madrid
donde estudió en un colegio
tan precioso como éste
en que medran vuestros sueños.
Sabed que el chico sabía
que estudiar es estupendo
aunque estudiar sea costoso
y aunque estudiar cueste esfuerzo.
¡Qué satisfechos estaban
qué orgullosos qué contentos
los padres de este chiquillo!
“Será un hombre de provecho
(pensaban sus padres). Sí,
y hará realidad sus sueños
porque sabe lo que quiere”.
Pero, mirad, el sendero
nunca está exento de escollos
y corrían amargos tiempos.
Cumplió el chico quince años
y comprendió que era bueno
ayudar a la familia
arrimando algún dinero.
Así que buscó trabajo
y logró encontrar empleo.
Pero, en fin, ¿y, los estudios?,
¿renunciará a ser maestro?
Envidia sana sentía
al ver que sus compañeros
seguían todos estudiando
para realizar sus sueños.
Mientras, él, a su trabajo,
de nada sirven lamentos.
Mas, ¿qué pensáis que hizo entonces?
Con tesón y con esfuerzo
siguió estudiando de noche
porque a voluntad de acero
no hay nada que se le oponga
ni en la tierra ni en el cielo.
Y llegó a ser profesor
que era el sueño de su vida
que era el sueño que soñó.
Después porque así lo quiso
se hizo también escritor.
Y, a mí me da que vosotros
aunque el niño ya es mayor
conocéis de quién se trata.
Decidme, ¿es verdad o no?
Pues, colorín colorada
que este cuento no se acaba.
Antonio Capilla Loma, Pozuelo de Alarcón, 22 de mayo de 2017
La poesía participa de la musicalidad de los sonidos lingüísticos sabiamente combinados y de la significación de las palabras: no hay poesía sin comunicación. El creador escribe para ser leído. Aunque el mensaje poético es bello por definición, el artista no crea su obra para encerrarla bajo siete llaves. Esta es la grandeza, pero también la contingencia del poeta: la obra sin el destinatario es como un bebé al que se deja morir por inanición.
jueves, 22 de junio de 2017
jueves, 15 de junio de 2017
UN POETA NO ES UN PARIA
UN POETA NO ES UN PARIA.
Permitidme unas preguntas,
amigas y amigos míos,
¿no es acaso la cultura
en nuestra España querida
cenicienta inveterada?
Y, ¿hay cosa más sin sentido
por amor a la poesía
que ser poeta en España?
Me diréis por qué lo digo,
que escribir es encomiable.
Pues, sabeđ, yo no hablo en balde:
no son muchos los poetas
que superan la proeza
de conseguir publicar
sin que sufran sus bolsillos,
y lo digo y es verdad.
Que hayan de pagar por ello
yo pienso que no es bonito,
y no he de ser Valle Inclán
para que pueda cantar
el esperpento que sigue
“in aeternum sine die”
campando en el nuevo siglo
por nuestra España ancestral.
Pero, en fin, ¡ajo y resina!,
corazón hago de tripas
porque soy un caballero
andante como Quijano,
aunque no tenga una lanza
ni bendito rocín flaco
ni tampoco adarga antigua
ni galgo que a mí me siga.
¡Vaya!, que soy un señor
con sangre de caballero,
sin título ni mansión
y sin ganas de tenerlos
que hace corazón de tripas
y ando a torso descubierto
dispuesto a sufrir la tira
por servir a la poesía.
Y aquí me tenéis dispuesto
para proclamar mis versos
después de haber defendido
y de haber dejado dicho
que un poeta no es un paria
pero sí la cenicienta
en esta querida aldea
que es nuestra querida España.
Lo digo, sí, y lo tripito
sin reparos ni remilgos
porque ya estoy hasta el pito
de no gritar lo que pienso
y acaso piensas conmigo,
que un poeta no es un paria,
que un poeta no es un paria,
que un poeta no es un paria.
Antonio Capilla Loma, Pozuelo de Alarcón, 15-6-2017
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